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10:22 hà Ya hemos recogido todo y desayunado y
estamos con las maletas en el coche destino a El Valle, para pasar la cuarta
etapa de nuestro viaje.
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Al llegar al hotelito, como era un pronto, dejamos las maletas y nos
fuimos al Chorro Macho, que es un paseíto bonito pero corto y un poco caro para
lo que es.
Hay una cascada donde está permitido el baño y unas piscinas “naturales” en las que hay que pagar un extra para bañarse, y teniendo piscina en el hotel o nos bañamos ahí.
Nos fuimos entonces al chorro de las mozas, que
era mas barato pero un poco tontería, el camino transcurría a la vera de un
riachuelillo y en un par de zonas se veía algún salto de agua.
Cargamos con las
bolsas con la comida ya que la idea era hacernos un sanwich por ahí, pero no
nos convenció así que volvimos al hotel “Golden Frog” que lo llevan unos
americanos que apenas hablan español, con ayuda de un argentino. Es una finca
enorme con un chalet que es su casa y la recepción, y por el jardín hay algunas
casas que son las habitaciones de los huéspedes y que tienen cocina. También
había un porche muy agradable y piscina (con el agua muy fría, así que no me
bañé).
Bosque Nuboso (es del día siguiente pero para que no quedara demasiado texto jajaja) |
El valle de Antón no tiene mar y no es tan húmedo y caluroso como el
resto de los lugares que hemos visitado hasta ahora. Bequi, la dueña del hotel,
es etóloga y me cogió mucho cariño al saber que yo estudiaba veterinaria, fue
muy simpática, me presentó a todos sus perros (cinco, cogidos de las calles
moribundos y enfermos y ahora recuperados y felices), me enseñó radiografias y
me contó todo lo que hacen aquí por los perros, campañas de esterilización, las
clínicas… lo malo es que tooodo me lo decía en inglés y mi nivel no es tan
bueno como para entenderla todo. Pero más o menos nos entendimos.
Mercado de Valle de Antón |
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Comimos en la habitación unos sanwiches y bajamos al mercado de frutas
y verduras. Mi prima y yo nos hemos comprado una pulsera de hilos, no es típica
de aquí, pero es un recuerdo. Al volver al Golden Frog, a las 18h, disfrutamos
de la Happy Hour, donde nos invitaban a vino, cerveza, refrescos… mientras nos
sentábamos a charlar con el resto de los huéspedes para compartir experiencias
y opiniones. Como yo no bebo nada de eso, solo agua, después de hablar un rato
me fui a la habitación con Eva para hacer la cena. Pasta a la Carbonara.
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