16 de agosto de 2014
Para terminar nuestra etapa en Anton Valley hicimos una excursión matutina por el camino de la piedra pintada. Como no teníamos mucho tiempo solo llegamos a ver la piedra pintada y las tres cascadas. En la última cascada el camino se complicaba más y nuestras madres se quedaron abajo mientras nosotros investigábamos un poco más. Después de unos resbalones Eva y yo nos rendimos y nuestros padres subieron unos metros más hasta la piedra del sapo.
Y de nuevo al coche hacia Santa Catalina. Un publucho costero en la orilla del pacífico, con gente muy hippie y todo lleno de centros de surf y de submarinismo. Alli nos hospedamos en Casa Maya unas casitas de colores muy acogedoras, el dueño tiene una pizzeria justo al lado que nos recomendaron muchisimo pero que no nos cuadró y no pudimos ir.
En el pueblo fuimos a la agencia de submarinismo con el que tenemos contratado el Tour (Scuba Coiba) para concretar horarios y probarnos los equipos. Conocimos a nuestro guía, Cedric, un chico muy simpático y que hablaba muy bien español. Al lado de la oficina está la playa "Fea"... que de fea no tiene nada. Y allí en la orilla los cerveceros no se resistieron a una Balboa fresquita
Para cenar fuimos a un hotel que nos habían recomendado, Oasis, que para llegar tuvimos que atravesar un rio con el coche. enfrente del Oasis hay una playa preciosa famosa por sus olas y es donde suelen ir los surferos. La comida no estaba mal, pero no espectacular.
Cuando se lleva un coche con tracción en las cuatro ruedas se pueden hacer virguerías como cruzar un río para ir a un camping al otro lado, a la orilla de la playa, a cenar. Sin más.
ResponderEliminarY cómo nos gusta hacer este tipo de cosas...
Santa Catalina es un lugar para gente joven, mochilera y vividora... Un lugar para comenzar excursiones de buceo (o de surf, en su caso)